Tanteos

Pensamientos desordenados sobre la definición de "naturaleza" y la historia de su estudio


Yo creo que la separación entre ciencias humanas y ciencias naturales es tan debatible como porosa, debido a que las recientes definiciones de la naturaleza rompen la división entre ésta y su antagonista típico: la cultura (el artificio, la civilización, la construcción social, etc.). Incluso más complejo sería este debate si incluímos la agencia de fuerzas no-humanas, como el medio ambiente, los objetos, e incluso las entidades religiosas originadas desde las creencias. (Leer Más...)

La Elocuencia del Silencio

Cuanto más descubrimos el poder performativo de las palabras y el lenguaje, más nos vamos acercando a una “retorización” del mundo. Se elogia la persuasión y la capacidad de convencimiento, que alcanzan su apoteosis en el mundo del liderazgo, el coaching y la política comunicacional mediatizada. Con la dilución de las verdades se refuerzan las creencias como sistemas de valoración incuestionables. “Creo, porque es absurdo” aseguró Tertuliano en la tardía antigüedad. El valor de las cosas ahora se define en la calificación estética y en la recepción emocional de las palabras que las definen. Nos empodera tener la capacidad de crear creencias y opiniones, y compartirlas por cuanto medio sea posible. Asociamos el quedarse callado al ser pasivo ante lo que nos adviene. La actitud crítica se entiende hoy como levantar la voz. Hoy todos podemos ser líderes de opinión, ¿no? 
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De la escritura entre líneas y mi insoportable estilo barroco

He sido crucificado anteriormente, o al menos sutilmente vituperado, por mi escritura barroca. Gozo en estas líneas de las licencias literarias del mundo extraacadémico, porque la Academia a veces castra al Espíritu y práctica la ablación al poder creativo y placentero de las letras. Al parecer, mi melancolía resulta a lo menos pretenciosa o fútil para el lector comprometido con la instantaneidad. (Leer Más...)

El Aleph de los tiempos de cada quién

Borges: inventor y enredador, nos sumerge en el laberinto de la totalidad; una de carácter casi teológico, bella, platónica, digna de las fantasías de El Timeo. El mundo real, no obstante, no está tan lejano de esa invención: imita y participa de él. El Aleph ya no es conocedor de todo lo real. El tiempo se ha multiplicado, ya no es la línea unívoca de lo que fue. El tiempo está siendo; los pasados diversos se manifiestan ante nuestros ojos. Siente, y verás al frente, ante la máscara de una persona, todas las palabras y gestos de las personas que han estado contigo: memoria objetivada en rostros amados o queridos. Experimenta el dolor de los perjuicios, y cualquier cosa que te digan será una reminiscencia. (Leer Más...)

El Infinito nos rehúye

Sentí que nuestro amor tenía tintes celestiales, pero descubrí que inventaba una ficción fantasiosa y desgarradora, tan solo mirando estrellas. Mi invento de ti, logos y relato, era desproporcionado, pero estéticamente ambicioso: se trataba de un amor fuera de la caverna, verdadero, omnibenevolente, tejido por el orden, experimentación del Uno, devenir pleno del Espíritu Absoluto, Dante frente al Empíreo sintiendo el máximo goce, catarsis tras palpar el Infinito, desasosiego ante la magnificencia de la divinidad. Así, conocer, creer, amar, vivir, historia, escritura, y sabiduría, llegaron a ser lo mismo: un coro de cantos de lo perfecto, lo indecible, y lo irreductible: el "sentir profundo, como un niño frente a Dios", como diría la folclorista exiliada del sur. (Leer Más...)

Elegía por la caída de la Medina

Terminamos dos veces, una como tragedia y la otra como farsa, 8 meses antes de un 18 Brumario. En un monte serrado, cuando la cruz ensangrentó la luna creciente nazarí, lloré tu asedio mientras tu dureza me desgarraba y me mataba en la tarde más horrible y nublada. Comenzó mi cantar elegíaco; cayó nuestra medina. Terminamos meses después, presenciando una gala musical de despedida. Te terminé sin querer hacerlo auténticamente, pero ya no estabas amándome como lo merecía. Decidí destruir lo nuestro ese día porque "era un día feliz", y no quería vivir un nuevo funeral. Nada más había en mis manos. Fue una ruptura pacífica. Mis ojos permanecieron iluminados, aunque no quería perderte ni sentirte fuera de mi vida. Tus ojos moros, hieráticos como los de un ícono bizantino, ahora eran más expresivos que nunca. Tus lágrimas cayeron y entendí que también te dolía perderme, a pesar de que nunca fueras tan diciente con tus palabras. Al llegar por mí el camello, te recordé verbalmente que te amaba, volví a besarte y me fui. Ambos rompimos en llanto, irrigando el oasis. (Leer Más...

Etimologías inventadas de la palabra "aforismo"

No sé de dónde viene esa palabra, sólo sé que algunos grandes pensadores, ocultadores y oscurecedores, han utilizado esa forma de expresarse para decir, o más bien, des-decir, aquello que sienten, que aman o que odian. No obstante, puede uno pensar que "aforismo" viene de a y phoros, siendo la primera partícula una negación y la segunda usualmente asociada con la palabra griega para decir "portador". Dado ese caso, esto significaría algo así como "portador de lo que no hay", y esa sería una de las posibles etimologías. ¿Por qué escribir en aforismos? Para decir lo que no hay, para des-decir, para ocultar, para abrir realidad. Decir a secas y explícitamente, iluminar, es cerrar. Des-decir, no decir, es abrir a la imaginación. Se abre el tiempo. Se abre la historia. Aforismo también podría tener que ver con luz. Phôs es la partícula griega que significa "luz". En tal caso, "aforismo" tendría que ver con oscurecer. En nuestra cristiandad y en nuestra ilustración, oscurecer mantiene esa carga peyorativa, pero podría más bien ser el secreto para abrir la historia, o por lo menos, para abrir el futuro. Seguro ésto resulta un tanteo más fructífero que pensar que "aforismo" sólo significa una definición sentenciosa, breve y moralizante. (Leer Más...)


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